EDIFICIO COLTEJER
En los años 70, cuando Medellín empezaba a mirar hacia arriba, una estructura rompió el horizonte con forma de aguja. Una brújula del centro que, si uno lo ve, sabe dónde está parado.
En plena euforia modernizadora, la fábrica textil Coltejer decidió alzar su propia catedral del progreso. Las obras comenzaron en 1968, justo donde antes estuvo el elegante Teatro Junín. Cuatro años después, se inauguró el edificio más alto del país: 175 metros que marcaban el poder industrial de Medellín.
Pero no era solo altura. Su construcción fue un hito técnico: con tecnología nunca antes usada en Colombia, el edificio resistía sismos, tenía aire acondicionado central y elevadores de última generación. Desde entonces, es testigo silente del vaivén del centro, símbolo del auge textil que alguna vez vistió al país entero.